Pensé que no venías
con la duda de dudar de ti
obligándome a buscarte aún.
Te asomaste a la orilla interrogando
al mar que nos veía dudar
en un vienes o no vienes, amor.
¡Allí estabas cual príncipe azul!
Y me arrojé a tus brazos
Y me morí en tus besos
Y me dejé llevar
Allí estabas tú y yo también estaba.
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