Descubro mi yo hundido
en mi yo desenterrado.
(El primero lo detesto,
el segundo es mi magia)
Mi yo hundido me besa
durmiéndose en mis labios
y voy sintiendo su río
regando colcha y almohada.
(Es el yo que yo detesto,
es el yo veneno y nada)
El yo que me desentierra
me arrastra por mis manos
poniéndome en los dedos
palabras de alianzas.