La segunda parte está siendo corta
entre una riña y un Dios, perdóname
porque yo te quiero y tú... me adoras.
No es la misma miel en la luna
que asoma al balcón las lágrimas
de princesa helada en la madrugada.
Ahora otro príncipe sube sus besos
a mis labios mojados de sal
saltando en un salto la edad
del chupete aún recordado.
Me siento culpable en mi culpa
cuando me sirves el mismo desayuno.
He sido infiel. Otra vez más. Una vez más.
Callo. Una vez más. Otra vez callo.
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(DONDE TE CUENTAN
TU FUTURO GRATIS)