Compramos la Navidad
en El Corte Inglés
y vino un señor
con un Nacimiento,
el árbol de plástico,
guirnaldas variadas,
los manteles rojos,
un Papá Noel
que trepa ventanas
y más que yo sé.
Jugamos a niños
y me equivoqué:
no había comprado
el mejor Belén.