Yo te quise como quiere el sí quiero:
para siempre de un siempre eterno
y no puedo vaciar el pecho
con el hielo de un desencuentro.
No le pongo fecha a la ida y vuelta
ni un horario fijo al próximo beso.
Prefiero dejar el azar suelto
entre un páramo y lo más desierto.
Volverás como vuelve la pena.
Estaré como está la espera.
Caeremos en la misma cama.
Vendrán los hijos. Llegarán los nietos.
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