Se sintió la reina
de la misma fiesta
con otro vestido
igual al de siempre.
Le pidió un beso
al marido infiel.
Recibió el beso
que sabía a hiel.
Agarró la copa
y bebió con él
hasta no saber
si estaba sin él.
No lo vio huir
como un ladrón
huye de la casa
donde les robó.
Seguía ahogando
su infelicidad
pero en otro bar.