El amor patinaba en el piso
que olía a edificio recién nuevo.
No había noches de luna
y sobraban noches de vela.
Estaba descubriendo sin querer
el doble fondo del adonis
salido del florero de la esposa
cuando ella abrió su florero.
No era un trabajador honrado.
Era el ladrón insaciable.
No era el amante bandido.
Era el bandido de los amantes.
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