Se giró del revés y se miró en el espejo de su fama: tan rubia como un ángel, tan alta como un hombre, un cuerpo de adonis griego, la medidas que otras sueñan.
Puede llegar a la cima en un baile de princesas o ser la dueña del baile donde bailan niñas buenas.
Sus deseos van cumpliéndose y no piensa en regresos al país que la ha parido con los pantalones puestos.