Parecía inmortal
y ha llenado la tumba
dejando su juventud
en una lápida oscura.
Llora por él una madre,
la hija sólo pregunta
por qué papá se esconde
en el jardín de las flores.
La mujer que le juró
amor piensa en el futuro
porque ya no suma dos
y el impar no es su número.
Sigue la vida el reloj
sin detener los minutos
en los segundos del luto.
Sigue el mundo sin él
y él fuera está del mundo.