Yo espero a mi Quijote
asomada a los trigales
y mi caballero andante
no llega en su caballo.
Pasan días, pasan noches,
viene el invierno y regresa
el verano con sus soles
sonriendo por esos cielos.
Mi don Quijote andante
todavía no regresa
de las batallas perdidas
en las que bate su vida.