Cada uno a lo suyo
sin importarle el otro.
Así andamos los dos
desde que vino el divorcio.
Tú miras el complemento
de tú mismo en tu mundo
sin importarte que yo
también tenga mundo propio.
Pero te acuerdas de mí
cuando quieres mi ayuda
para reinar en tu egoísmo
tan perfecto y tan tuyo.
No sé porque no te dejo
desde que este divorcio
se instauró en lo nuestro
sin firmas ni discusiones.
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Bañadores mamá y niña: dos por uno