Eres y no eres pero eres porque él que fuiste no eres. ¿Cómo has cambiado tanto cuando no ha cambiado el tiempo? Sigue soplando hacia el norte la brisa llena de océano, muy arriba, muy arriba, sube del mar a un techo de monte donde los pinos se doblaron en escaleras. Has olvidado el camino que borraste del recuerdo. Yo no puedo olvidar la acera de mis sueños. |