Bailamos con el paraguas abierto
mientras la lluvia bailaba
el vals de la tormenta.
Caímos y se fue el paraguas
volando cual fantasma
perdido en los senderos.
Seguimos con el baile
mojados nuestros cuerpos
en la agua de tormenta.
Regresó el perdido paraguas
en su vals del Danubio
para cobijar un beso.
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A mis hijas le regalaron por Reyes un par de plumas de la Colección Meisterstück de Montblanc unos amigos nuestros y fue todo un acierto, no por lo que les gustaron a las niñas sino por lo mucho que me gustaron a mí. tiendacoruna.blogspot.com |