Bajaron sus tres camellos
los Magos con tres regalos
para la triste familia
a un pesebre atada.
Les ofrecieron el oro
ty no respondieron nada.
La mirra no la querían.
El incienso les sobraba.
María, la mujer Virgen
les pidió unos zapatos
para huir de Herodes
y su Hijo dijo gracias.
José, el hombre abnegado,
quiso pagar con trabajo
una noche en un hotel
y los Magos no aceptaron.
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Ver Tenerife desde sus plantaciones de plátanos es descubrir una isla muy distinta a la isla de fiestas y desenfreno que conocía yo. Fui con mi marido recorriendo las plantaciones porque mi chico quería hacer negocios de plátanos. modadebarrio.blogspot.com |