1 Eran tres: la esposa, la otra y la que sumó el número tres. Un cuerno se aguanta, dos es acabar, pensó la santísima esposa de altar. Le dijo: tú eliges, o yo o acabar con este cuarteto que me deja mal. Él le prometió no volver a besar los labios pintados de rojo azafrán. Sería tan fiel como un ladrón tras cumplir la pena en una prisión. 2 Destroza el espejo con sus lágrimas y rompe con un grito su hogar. Lo deja y lo deja y lo deja. No puede aguantar ni un día más. La suegra y la madre la convencen para volver a perdonar al hombre que la ha coronado de cuernos desde el altar. El domingo regresa de su brazo a la misa y juntos se arrodillan rezando por rezar. Tres niños se santiguan cuando se dan la paz un padre de domingo y la madre que está. |
Feliz 2020!
Hace 5 años