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jueves, 28 de enero de 2010

Eran tres

1
 
Eran tres:
la esposa, la otra
y la que sumó
el número tres.
 
Un cuerno se aguanta,
dos es acabar,
pensó la santísima
esposa de altar.
 
Le dijo: tú eliges,
o yo o acabar
con este cuarteto
que me deja mal.
 
Él le prometió
no volver a besar
los labios pintados
de rojo azafrán.
 
Sería tan fiel
como un ladrón
tras cumplir la pena
en una prisión.
 
 
2
 
Destroza el espejo
con sus lágrimas
y rompe con un grito
su hogar.
 
Lo deja y lo deja y lo deja.
No puede aguantar ni un día más.
 
La suegra y la madre la convencen
para volver a perdonar
al hombre que la ha coronado
de cuernos desde el altar.
 
El domingo regresa
de su brazo a la misa
y juntos se arrodillan
rezando por rezar.
 
Tres niños se santiguan
cuando se dan la paz
un padre de domingo
y la madre que está.