Siempre fue un capitalista
con buen coche y mejor casa,
una novia en cada puerto,
la sirena en su casa.
Un día cambió el traje
para trabajar en casa
lejos de aquella esposa
siempre fiel a aquella casa.
La sirena del sí quiero
tuvo que dejar la casa
llevando cuatro sirenas
y al delfín de la casa.
No lloró al ver vació
el nido lleno en su casa
y llamó a otra paloma
para volar por su casa.
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