Anotaba cada gasto,
restaba de sus ingresos
el precio de la modista
y de la tienda de enfrente.
Mucha cuenta, poco número,
siempre pobre en presupuesto.
Se le encendieron las luces
al pensar en más ingresos.
¡Un hombre acaudalado!
Sí, sería un buen ingreso.
Pocas cuentas, muchos números,
de pobre a mujer en venta.
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